Televisa debe vender al América
Cartas oceánicas
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo
Esta colaboración ha intentado mantenerse al margen de la decadencia americanista. No creo aportar nada nuevo a un tema que lleva un buen tiempo en pluma de todos. Cualquier análisis que tenga que ver con su trágico presente, es correcto. No hay cómo defender a este equipo. Ningún argumento por corrosivo que sea, está fuera de la realidad.
Sin exagerar, el América es hoy el equipo más triste del futbol mexicano. Ni siquiera Cruz Azul, con su moderna tradición elocuentemente perdedora. O las Chivas, en medio de cualquier escándalo administrativo, superan la pena que da ver una leyenda tan poderosa hecha añicos. El América abandonó sus obligaciones con la historia y perdió derechos sobre su futuro. La solución no está en la cancha, podrá llegar el mejor técnico del mundo, o los jugadores más contundentes del futbol, que las cosas seguirán igual. La decisión para reinventar a este equipo podría estar en la mesa del consejo de Televisa. Vender al América es lo mejor que puede suceder. Y el único capaz de comprarlo, es Emilio Azcárraga. Es un club que formando parte de una empresa enorme ha sido arrasado por el corporativismo. Todo mundo quiere mandar, opinar y poner al frente a su gente. El daño es enorme para un espíritu soberbio como el suyo.
El América perdió la casta en la oficina. Necesita independizarse moralmente de Chapultepec, volver a ser una propiedad exclusiva de la familia Azcárraga y sólo ceder sus derechos de explotación a la empresa. Recuperaría personalidad, entendería su herencia y se volvería libre. Parece lo mismo, pero no es así. Hay cosas que se llevan en la sangre, el sentimiento es uno de ellos, los negocios, corren por otras venas y el América, es producto de la pasión.
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