Pachuca, Campeón de Concachampions
28-Abr-2010 a las 08:53:52 PM
Un gol de Édgar Benítez frustró el sueño celeste y le dio el pase a los Tuzos a su tercer Mundial de ClubesLUIS SALAZAR
Pachuca frustró el sueño. Los Tuzos se coronan monarcas de la Liga de Campeones de Concacaf tras vencer 1-0 al Cruz Azul con gol agónico de Édgar Benítez que al 92' metió un zapatazo fulminante que venció a Corona para el júbilo de la afición hidalguense que durante todo momento alentó al equipo de Guillermo Rivarola.
Era el minuto 92, Cruz Azul defendía su ventaja global con los 11 jugadores en su cancha, la victoria estaba muy cerca pero el fantasma de la derrota merodeaba a los celestes. Pachuca estaba volcado al ataque para encontrar el gol del campeonato, cuando Édgar Benítez recibió el balón de espaldas, fuera del área, sin pensarlo, dio la media vuelta y le pegó un zurdazo, Jesús Corona se aventó, estiró el brazo, pero nada pudo hacer y el balón tocó las redes para darle a los Tuzos el título de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Los aficionados en el Estadio Hidalgo explotaron de júbilo. Los jugadores Tuzos desbordaron felicidad. Benítez festejó con los fanáticos. Los celestes se tiraron al césped desilusionados, incrédulos, decepcionados. Una vez más no les alcanzó.
El Pachuca regresará al Mundial de Clubes, un torneo que conoce bien, que ha disputado en dos ocasiones. Cruz Azul regresará, pero a casa, con una nueva derrota en finales, la quinta de forma consecutiva, para ser precisos. También llevará en sus espaldas el mote de subcampeón, uno que parece más difícil de quitarse cada día que pasa.
El inicio del partido fue disputado, sin un dominio total de ningún equipo. Los jugadores pelearon cada balón con fuerza, entrega, pero las imprecisiones aparecieron. El buen futbol se transformó en lucha. La Máquina salió a buscar un gol que los llevara al Mundial de Clubes y que les quitara el mote de subcampeonísimo que tanto desagrada a sus jugadores y fanáticos. Y la primera llegada del juego la tuvo Javier Orozco, quien no pudo sólo contra Miguel Calero.
Pachuca buscó también su anotación. Damián Manso fue el cerebro del equipo, se cansó de darle pases a Darío Cevitanich éste no se cansó de fallar. En el duelo cerrado de la primera mitad, la oportunidad más clara la tuvo Jame Lozano. Recibió un centro de Alejandro Castro. El balón iba a media altura, pero el Jimmy le pegó mal.
Los Tuzos salieron al campo más decididos a anotar un gol en la segunda parte. Estaba en su casa, sus aficionados los apoyaban y exigían el título. Pero el impulso no llevaba precisión ni claridad en el juego.
Cruz Azul defendió su ventaja global, se replegó. Conforme avanzaron los minutos, la Máquina se encerró cada vez más atrás. Emanuel Villa se convirtió en defensor. Cuando parecía que Marco Rodríguez pitaría el final y que los celestes se coronaban, el balón cayó en los pies de Benítez, quien dio la media vuelta para meter el balón abajo y pegado al poste de la portería y para darle al Pachuca un nuevo título en su historia y acercarlos un poco más a la grandeza del futbol mexicano.
Era el minuto 92, Cruz Azul defendía su ventaja global con los 11 jugadores en su cancha, la victoria estaba muy cerca pero el fantasma de la derrota merodeaba a los celestes. Pachuca estaba volcado al ataque para encontrar el gol del campeonato, cuando Édgar Benítez recibió el balón de espaldas, fuera del área, sin pensarlo, dio la media vuelta y le pegó un zurdazo, Jesús Corona se aventó, estiró el brazo, pero nada pudo hacer y el balón tocó las redes para darle a los Tuzos el título de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Los aficionados en el Estadio Hidalgo explotaron de júbilo. Los jugadores Tuzos desbordaron felicidad. Benítez festejó con los fanáticos. Los celestes se tiraron al césped desilusionados, incrédulos, decepcionados. Una vez más no les alcanzó.
El Pachuca regresará al Mundial de Clubes, un torneo que conoce bien, que ha disputado en dos ocasiones. Cruz Azul regresará, pero a casa, con una nueva derrota en finales, la quinta de forma consecutiva, para ser precisos. También llevará en sus espaldas el mote de subcampeón, uno que parece más difícil de quitarse cada día que pasa.
El inicio del partido fue disputado, sin un dominio total de ningún equipo. Los jugadores pelearon cada balón con fuerza, entrega, pero las imprecisiones aparecieron. El buen futbol se transformó en lucha. La Máquina salió a buscar un gol que los llevara al Mundial de Clubes y que les quitara el mote de subcampeonísimo que tanto desagrada a sus jugadores y fanáticos. Y la primera llegada del juego la tuvo Javier Orozco, quien no pudo sólo contra Miguel Calero.
Pachuca buscó también su anotación. Damián Manso fue el cerebro del equipo, se cansó de darle pases a Darío Cevitanich éste no se cansó de fallar. En el duelo cerrado de la primera mitad, la oportunidad más clara la tuvo Jame Lozano. Recibió un centro de Alejandro Castro. El balón iba a media altura, pero el Jimmy le pegó mal.
Los Tuzos salieron al campo más decididos a anotar un gol en la segunda parte. Estaba en su casa, sus aficionados los apoyaban y exigían el título. Pero el impulso no llevaba precisión ni claridad en el juego.
Cruz Azul defendió su ventaja global, se replegó. Conforme avanzaron los minutos, la Máquina se encerró cada vez más atrás. Emanuel Villa se convirtió en defensor. Cuando parecía que Marco Rodríguez pitaría el final y que los celestes se coronaban, el balón cayó en los pies de Benítez, quien dio la media vuelta para meter el balón abajo y pegado al poste de la portería y para darle al Pachuca un nuevo título en su historia y acercarlos un poco más a la grandeza del futbol mexicano.
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