El Guadalajara dejó en claro por qué es el líder general y por qué el América está refundido en el sótano de la tabla.
Y es que, el 3-2 final resultó poco para el vendaval rojiblanco que azotó la portería de Guillermo Ochoa durante los 90 minutos.
Las Chivas sabían que era una inmejorable oportunidad para arrasar a su más acérrimo rival y no la desaprovecharon durante 75 minutos, antes de que Salvador Cabañas encabezara la reacción azulcrema.
Así, infinita fue la diferencia entre los dos equipos más importantes del futbol mexicano casi todo el encuentro. Tan antagónicos como su situación en el Clausura 2008.
Porque los 21 puntos de distancia que hay entre ambos, apenas dimensionan la diferencia de sus funcionamientos.
Mientras el Rebaño es un equipo ligero, dinámico, que juega a ojos cerrados, los capitalinos salen inseguros, conscientes de que son inferiores al rival, por lo que se conforman con llevarse la menor cantidad de goles posible.
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