miércoles, 18 de febrero de 2009

La desfachatez de Ana Gabriela

La desfachatez de Ana Gabriela

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Miércoles, 18 Febrero, 2009

Ana Gabriela Guevara me lo dijo con total claridad: se quedaría al frente del deporte del Distrito Federal hasta el 2012, justo en la fecha en la que Marcelo Ebrard, el hombre que la invitó a hacerse funcionaria, terminaría su gestión. Fue en una entrevista grabada, en agosto del año pasado, un día o dos antes de que se fuera a Pekín, invitada como comentarista por ESPN. La conversación completa fue transmitida la primera semana al aire de Milenio Televisión, en octubre de 2008.

¿Por qué ahora una mujer que se ha proyectado como íntegra, frontal y honesta, se olvida de sus compromisos y acepta la precandidatura del Partido de la Revolución Democrática para hacerse delegada de la Miguel Hidalgo? ¿Qué es lo que la lleva a buscar convertirse en una especie de presidenta municipal, dejando de lado sus promesas de transformar el deporte del Distrito Federal? ¿Qué fue, la falta de apoyo de un hombre y una estructura con la sigue casada?

Sólo ella lo sabe.

Ana Gabriela no ha tenido la decencia de recordar sus palabras y sus compromisos ¿cómo puede creerle alguien después de esto? ¿qué tipo de monstruo político se está gestando en el cuerpo de la que fuera la atleta más exitosa que ha dado este país?

No le quito el derecho a Ana Gabriela Guevara a cambiar de opinión y, siete meses después de lo declarado a La afición, pensar que debe y puede hacer otra cosa con su vida. Lo que me resulta imperdonable, lo que me parece retrata una completa desfachatez de su parte, es que no considere que debe explicarle a la gente, a los medios, las razones por las que decidió retractarse.

En una mujer que ha decidido entregarse a la vida pública esta soberbia es, además, el inicio de su propia debacle. Insisto ¿quién le va a creer cualquier cosa que diga?

Yo no.

rocampo@laaficion.com

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