COLUMNA DE RAFAEL OCAMPO
EN MILENIO LA AFICION
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Viernes, 17 Octubre, 2008
Sería terrible que la selección mexicana de futbol quedara eliminada del Mundial del 2010 el próximo 19 de noviembre. Por más que este espectáculo-negocio, me queda claro, no forme parte de la sustancia de la que se debe nutrir el ciudadano de un país, esta no tan hipotética situación, generaría una verdadera tragedia. No lo deseo pues, ni tampoco me conviene.
Ahora, si finalmente esto se registra y ese día en San Pedro Sula el equipo dirigido por Sven-Göran Eriksson completa el papelazo que está haciendo y recibe una goleada que se complete con un marcador abultado de los jamaicanos sobre los canadienses, habrá que reconocer que esto sucedió no por la mala vibra o pésima suerte, sino por el mal trabajo de muchas personas, no nada más del entrenador de origen sueco.
Me escribe ayer uno de mis lectores más continuos, Juan Carlos Ramírez, quien en la versión más radical que le recuerdo abiertamente expresa:
Ojalá y Honduras nos de un repaso y Jamaica haga lo propio contra Canadá, para ver si con la eliminación por fin los dueños del balón hacen un cambio desde los cimientos en la FEMEXFUT, como pasó después de la suspensión del mundial de 1990 y se termina con la sobreprotección a los jugadores.
Todo lo que está pasando con la selección es parte de un lastre que se trae de tiempo atrás, falta de planeación con partidos moleros que contratan en Estados Unidos sólo por $$$$ y no por lo deportivo, sobreprotección a jugadores, falta de disciplina, querer vender a la selección como si fuera realmente una potencia.
Es claro que la selección está tomada por un grupo que ha sobrepasado al Presidente y al Secretario General, y hace falta un golpe fuerte para que despierten los dueños y se fajen los pantalones.
Me parece que una voz como la de Juan Carlos debe tener eco en un medio de información. Suena tan duro lo que dice que prácticamente nadie se atrevería a publicarlo. Nosotros sí y no por eso somos ni seremos antipatriotas. Estoy seguro que un buen número de buenos mexicanos piensa como él. Repito, yo no. No deseo que la selección mexicana de futbol no vaya al Mundial. Tampoco comparto con mi lector que la única solución para acabar con la mediocridad con la que nuestros directivos trabajan, pase por el tocar fondo en este rubro. Sí comparto con Juan Carlos a plenitud su enojo y su desesperanza.
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