Ciudad de México (6 septiembre 2008).- Al minuto 41 su nombre fue coreado por vez primera desde el graderío, aunque ya desde la hora previa al partido su imagen desató el alarido en las tribunas.
En las pantallas del Azteca se transmitió, un poco diferida, la llegada del autobús del Tricolor al inmueble. Cuando Cuauhtémoc Blanco bajó del vehículo, se escuchó el mayor estruendo. Incluso, la cámara se quedó con él y siguieron los aplausos en el graderío.
Aún no empezaba el cotejo.Hacia el final de la primera mitad y pese al 2-0 parcial, la petición por Blanco comenzó, y siguió en el complemento, con los constantes gritos hacia la banca, en espera de que Sven-Goran Eriksson reaccionara a "la voz del pueblo".
El asunto tardó en llegar. Mientras, Blanco saludaba a los alrededores a la par que calentaba, y cuando se quitó la casaca la exclamación no paró.En cuanto pisó el verde creció el alborotó. Blanco entró al 72' por Giovani.
En la zona de enlace, el más pedido por la afición deleitó con algunas pinceladas y demostró una vez más que aún hay empaque para una Eliminatoria, al menos mientras siga en el agrado de quien manda arriba y logre mover al que manda abajo.
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