viernes, 26 de septiembre de 2008

El América generación Timbiriche


COLUMNA CARTAS OCEANICAS
JOSE RAMN FERNANDEZ GUTIERREZ DE QUEVEDO
PUBLICADA EN LA AFICION





Todos, en el fondo, somos socios del América.

 Cada quien, desde lo más negro de su conciencia sabe lo que ha invertido en este club, que entre alabanza y vituperio forma parte del erario. Antiamericanistas, americanistas, árbitros, federativos y lambiscones, como accionistas perfectos de un enorme capital social que pertenece a Televisa, tan sólo en escrituras. Millonario en odio y pasión, su desgracia es maravillosa o su fortuna envidiable.Gane o pierda acumula interés, cuestión de riqueza. Así es como hemos vuelto al América patrimonio del futbol mexicano, cuya liga está en depresión por su culpa. Perdió soberbia y prepotencia. Está despilfarrando la antipatía bien habida, que forma parte de su historia provocadora y su genética arrogante. Administrar esos valores significa gestionar la cultura de un equipo, al que llevan tiempo modificándole el ADN. A la actual directiva le entregaron un águila alimentada con ajonjolí, encerrada en una jaula a la que todo mundo le metió mano, convirtiéndola en mascota de promotores, jugadores, técnicos y presidentes, que se esconden tras la bandera del americanismo más vulgar. Acostumbrados a ese tipo de calaña, se nos hace raro que ahora llegue un chavo decente. Hoy, el América está en manos de la Generación Timbiriche, en teoría directivos de otro tono. Se los acusa de fresas y niños bien, chamaqueados por los futbolistas y un técnico, que con millones en el saco lo peor es que se les pele. A Michel Bauer, quien acuñó los términos reestructuración deportiva y continuidad en el Cruyff Institute, le falta pasar por las AcademiasPanchito Hernández, título que le dará el colmillo para sobrevivir en un barrio bravo como Coapa. Con el campeonato en terapia intensiva, el método Bauer desespera a la mayoría.
 ¿Pero de qué les sirve otro presidente corto placista que se muere de nada? Para lo que dura el torneo correr al técnico sería una reestructuración tipo minimalista. 
Dicen que el club pierde grandeza y para esta generación recuperarla es cuestión de tiempo. Es una chinga aguantarlo, pero América volverá, si no es ahora, mañana será.

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