http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=683768&s=copalib&type=column
Se hará justicia
Este año un equipo mexicano, América, levantará la Copa Libertadores en La Boca
Perdonen, lectores queridos, hoy amanecí nostalgioso, como dice Don Ramón. Es que soy una de esas personas que cree que el fútbol puede ser mucho más que patear una pelota o ganar una Copa o una camioneta Toyota. El fútbol, es mucho más que una suma de dólares a repartir. El fútbol, ya lo dije, es un movilizador social fantástico, pero ojo con este adjetivo que tiene doble filo.
Siempre soy parcial y hoy, mi favorito, es el América. Ya sé que la Liga es el equipo chico que termina conquistando el corazón de todos. Pero el América es el que tiene pasta de campéon, el único capaz de derrotar a Boca Juniors. El América, pese a todas las negativas que surgen en su país, jugará la final de la Copa. Y lo hará contra Boca Juniors; y al equipo argentino le costará ganarle, y hasta dudo mucho de que pueda torcerle al brazo. De todo esto me di cuenta ayer, observando el partido. El América mereció ganar con comodidad, pero no tuvo olfato justiciero que brilla en el alma de Martincito Palermo.
Este año un equipo mexicano, América, levantará la Copa Libertadores en La Boca
Perdonen, lectores queridos, hoy amanecí nostalgioso, como dice Don Ramón. Es que soy una de esas personas que cree que el fútbol puede ser mucho más que patear una pelota o ganar una Copa o una camioneta Toyota. El fútbol, es mucho más que una suma de dólares a repartir. El fútbol, ya lo dije, es un movilizador social fantástico, pero ojo con este adjetivo que tiene doble filo.
Siempre soy parcial y hoy, mi favorito, es el América. Ya sé que la Liga es el equipo chico que termina conquistando el corazón de todos. Pero el América es el que tiene pasta de campéon, el único capaz de derrotar a Boca Juniors. El América, pese a todas las negativas que surgen en su país, jugará la final de la Copa. Y lo hará contra Boca Juniors; y al equipo argentino le costará ganarle, y hasta dudo mucho de que pueda torcerle al brazo. De todo esto me di cuenta ayer, observando el partido. El América mereció ganar con comodidad, pero no tuvo olfato justiciero que brilla en el alma de Martincito Palermo.
No sucederá lo mismo en Quito. El América, de visitante, es invencible, es impenetrable como la materia.
América es el próximo campeón de América, casi un oximorón. Mientras muchas personas guardan recato, a esta altura del torneo, la más importante, priman otras cosas, yo digo y grito y corro detrás de un sueño.
Ver a un equipo mexicano campeón de América, sin dudas, atraerá el deseo de otros equipos de otros países y la Copa se puede volver continental en serio. ¿Alguien conoce un equipo de la Guayanas, de Trinidad Tobago, de la Isla Margarita? ¿Cuál es la capital de Martinico? ¿Dónde queda Kensignton? ¿Cuba? ¡Sería genial que Fidel Castro escribiera de fútbol! Todo es posible en el eclipse sustancioso que emana de los sueños de millones cuando la pelota comienza a cantar.
Creo que ya es hora de que un equipo mexicano, en representación de todo México, tenga un poco de justicia y levante la Copa, en mi barrio: La República de La Boca.
Washington Cucurto es escritor y poeta. Aunque su nombre real es Santiago Vega, él prefiere que lo llamen simplemente "Cucu". Su obra siempre recurre a las minorías y a los marginales y entre sus publicaciones se destacan Cosa de negros (2003) y Las aventuras del señor maíz (2005). Además creó Eloisa Cartonera, una editorial que publica libros de autores inéditos latinoamericanos, realizados con cartón. Actualmente está terminando una biografía de Don Ramón, personaje del Chavo del 8.
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