martes, 27 de octubre de 2009

George Steinbrener verá a sus Yanquis en la Serie Mundial

"El jefe" regresa a casa

AP

El fue alguna vez una figura omnipresente en el Yankee Stadium, con una presencia total en el manejo del equipo tan intensa que hasta los boletos de la Serie Mundial no podían salir a la venta hasta que él hubiera revisado la ubicación de las butacas en su oficina, y criticaba así como alababa a sus jugadores con igual gusto.

Ahora, George Steinbrenner tiene 79 años y su salud es delicada. Sigue siendo el dueño, pero ya no es más el líder de sus amados Yanquis y sólo vio tres partidos de la temporada regular en esta temporada.

Sin embargo, el jefe regresa a Nueva York para la Serie Mundial, y el equipo está impaciente por recibirlo.

"Vamos a ganar este (campeonato) para papá, el señor Steinbrenner", indicó el piloto de los Yanquis, Joe Girardi.

George Steinbrenner no estuvo en la celebración inundada de champaña en la casta del Nuevo Yankee Stadium el domingo por la noche y después de que los Yanquis ganaron su primer campeonato de la Liga Americana en seis años. En vez de ello, prefirió ver los partidos desde su casa en Tampa, Florida.

Si embargo, se habló mucho de él.

Sus obras fueron alabadas, se hicieron brindis en su honor.

"Significa mucho para él y ganar la Serie Mundial significaría muchísimo para él", señaló su hijo, el director conjunto de los Yanquis Hank Steinbrenner.

Muchos miles de millones de dólares se han gastado para conformar a la colección de talento más cara del béisbol, y todo ese dinero viene de las cuentas bancarias de Steinbrenner.

Después de construir el estadio más elegante y costoso que se haya hecho jamás con un costo de 1.500 millones de dólares, se podría incluso decir que ahí fijó los fundamentos para la restauración más reciente del equipo.

Sin embargo, ha estado más ausente que presente en el nuevo estadio, al visitarlos desde la Florida, donde reside sólo para el primer día de la temporada, que fue una derrota de 10-2 ante los Indios de Cleveland. Los otros partidos que presenció fue en el Tropicana Field de Tampa, Florida.

Steinbrenner habla de manera entrecortada en público y camina con dificultad después de sufrir el segundo de dos desmayos que lo llevaron a hospitalizarse en diciembre del 2003 y octubre del 2006 y cuando se le ha visto, particularmente en la pretemporada, parece retraído.

Su vestimenta acostumbrada solía ser una camisa de cuello de tortuga y un saco azul marino. Ahora usa lentes oscuros.

George Steinbrenner ha estado demasiado callado, al menos para los fanáticos de los Yanquis.

Se ha dicho que se emociona mucho en los últimos años, una ola de sentimentalismo que siempre buscó eliminar durante sus años de más juventud. Hank Steinbrenner dijo que su padre ha prodigado al panameño Marinao Rivera y a Alex Rodríguez con felicitaciones especiales.

"Su equipo lo llevó a rejuvenecer 10 años", indicó Hank. "Es muy importante y muy especial para él", agregó.

Al encabezar a un grupo de inversionistas que compraron al equipo en 1973, Steinbrenner se hizo famoso en los tabloides de Nueva York, al quien apodaron "El Jefe".

Peleó con el piloto Billy Martin y prodigó amor y dinero a Reggie Jackson mientras los Yanquis sumaban dos campeonatos de la Serie Mundial en la década de los setenta.

Su relación con los equipos de la década de los noventa fue más tranquila aunque las rachas de derrotas normalmente sacaban de él sus agrias críticas. Estuvo presente hasta el 2006, pero para el Juego de Estrellas del 2008 en el viejo Yankee Stadium, asistió en un carrito de golf para llevar las pelotas hasta donde se hizo la ceremonia del primer lanzamiento.

Ni siquiera fue al último partido del viejo estadio, no estuvo para escuchar a Derek Jeter pedirle a los fanáticos "que se llevaran sus recuerdos de ese estadio, agregarlos a los recuerdos del nuevo Yankee Stadim y continuar pasándolos de generación en generación".

Tampoco ha estado para los primeros grandes recuerdos de su nuevo estadio, al perderse 15 victorias en el último turno al bate de la temporada regular y no asistió a las series de playoffs ante Minnesota y Los Angeles.

"El quiere ganarlo todo y estamos a un paso. Queremos hacerlo para mi papá. Sé que todos tenemos el mismo sentir", dijo su hijo Hal Steinbrenner, al tiempo que era bañado con champaña por Derek Jeter en el vestidor.

Hal Steinbrenner sucedió a George como el socio con el control del equipo en noviembre pasado y se convirtió a su vez en el vocero del grupo de propietarios. Hal no se ha mantenido lejos de las estrictas y temibles normas de su padre, aunque él lo hace sin explosiones emotivas.

"Esperamos ganar el campeonato todos los años. Eso no va a cambiar", agregó Hal.

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